Mochiliante
En este artículo, te llevaremos a un recorrido por los pueblos más encantadores de Colombia impregnados de historia, cultura y belleza pintoresca. Desde callejones empedrados hasta arquitectura colonial, cada rincón de estos pueblos cuenta una historia única.
Fundada en el siglo XVI, Villa de Leyva es un pueblo excelentemente conservado, cuenta con edificios coloniales españoles que rodean una plaza empedrada expansiva, la más grande de Colombia.
Si buscas escapar de la rutina diaria, te recomendamos visitar Villa de Leyva durante la semana, cuando podrás disfrutar de su tranquilidad y encanto sin las multitudes.
Salento es uno de los destinos más conocidos y visitados de Colombia debido a su cercanía con los imponentes palmas de cera del Valle de Cocora.
Podrás recorrer sus calles, maravillarte con las construcciones tradicionales de bahareque (adobe) y disfrutar de una vista panorámica caminando hacia uno de los miradores cercanos. Salento te brinda la oportunidad de experimentar la vida tranquila de un auténtico pueblo colombiano y de sumergirte en su rica cultura.
Foto de: Jonny James
A poca distancia en autobús desde Medellín, Guatapé es conocido por sus fachadas coloridas y su imponente monolito, el Peñón de Guatapé. Para llegar a la cima y disfrutar de vistas de 360 grados sobre el lago turquesa que lo rodea, tendrás que subir 740 escalones, pero el esfuerzo vale la pena.
En el pueblo en sí, encontrarás detalles únicos en cada esquina, con zócalos vibrantes que decoran la mitad inferior de casi todos los edificios. Aunque puede ser un poco complicado llegar a Guatapé, este tesoro colonial es una parada obligatoria en tu viaje por Colombia.
Ubicado en los Andes colombianos, Monguí es un pueblo lleno de encanto que deleita con su arquitectura colonial y su entorno natural impresionante.
Foto de: Juliana Morales Ramirez
Este destino ofrece una experiencia única, donde podrás visitar una fábrica de balones de fútbol, explorar los coloridos mercados callejeros en busca de productos frescos y maravillarte con el Puente de Calicanto, un puente del siglo XVII construido con sangre de vaca, caliza, arena y melaza. Además, Monguí es conocido por sus impresionantes paramos, altiplanos fríos y elevados que ofrecen vistas espectaculares.
Foto de: Daniel Cely
Barichara, ubicada en el departamento de Santander, es un pequeño y encantador pueblo del siglo XVIII con paredes encaladas y techos de tejas rojas, similar a Villa de Leyva, pero sin la afluencia constante de visitantes.
Foto de: Jose Navia
Su ubicación en las colinas de Santander le brinda vistas panorámicas de picos verdes y rápidos de ríos distantes en el cañón del Suárez. Aunque puedes explorar Barichara en un día, te recomendamos tomarte tu tiempo.
Foto de: Andrés Martinez
Disfruta de un café, lee un libro y busca un lugar sombreado para relajarte. Descubrirás la autenticidad y la belleza tranquila de este pueblo colombiano.
Foto de: Robert Acevedo
Aunque Ipiales es conocido principalmente como un destino de tránsito para los viajeros que cruzan la frontera, su mayor atractivo se encuentra fuera del pueblo, en el Santuario de Las Lajas. Este santuario gótico se alza de manera surrealista en una colina, atravesando el río que corre por el cañón debajo.
Foto de: Diego Gonzalez
Según la leyenda, este lugar fue el escenario de una aparición de la Virgen María. La arquitectura austera y llamativa del santuario, combinada con su entorno natural impresionante, lo convierte en un destino único y memorable.
En el corazón de la región cafetera de Colombia se encuentra Filandia, un encantador pueblo conocido como la "hija de los Andes". Este pintoresco pueblo ofrece un ritmo de vida más relajado, una vibrante plaza central que cobra vida por las noches y los fines de semana, y numerosos miradores que te brindarán vistas impresionantes.
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